Materialismo y empiriocriticismo
Tipo de material:
- 84-253- 0552-7
Tipo de ítem | Biblioteca actual | Colección | Signatura topográfica | Estado | Código de barras | |
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Colecciòn Filosofia | Libros | CF 171 L566m (Navegar estantería(Abre debajo)) | Disponible No Dañado Disponible (No Restinguido) No Dañado | 2019-1084 |
Obra de Lenin que inaugura una época nueva en el desarrollo del materialismo dialéctico. Escrito en 1908 y publicado en 1909, este libro aseguró la preparación teórica del partido marxista de tipo nuevo. La razón inmediata que determinó a Lenin a escribirlo fue la necesidad de denunciar a los “machistas” rusos (ver Empiriocriticismo; Mach) quienes, durante el período de reacción, se alzaron contra la filosofía marxista bajo pretexto de “defender el marxismo”. Un deber urgente se imponía a los marxistas revolucionarios: asestar una respuesta vigorosa a todos los renegados de la teoría marxista, y salvaguardar los fundamentos teóricos del partido marxista. Lenin se consagró a ello en su Materialismo y empiriocriticismo que, por lo demás, rebasa holgadamente esta tarea. No se limita a poner en evidencia la hipocresía, el carácter reaccionario de los “machistas”, sino que defiende y desarrolla los principios teóricos del partido marxista, generaliza lo más importante que las ciencias, y ante todo las ciencias de la naturaleza, habían adquirido durante todo un período histórico, después de la muerte de Engels.
En la introducción, Lenin muestra que todos los “descubrimientos” del empiriocriticismo y de las demás corrientes reaccionarias, no son sino una variante del idealismo subjetivo del obispo Berkeley (ver). Los tres primeros capítulos exponen, a propósito de la crítica del empiriocriticismo, las cuestiones fundamentales de la teoría del conocimiento del materialismo dialéctico. La cuestión de la materia como dato primario y de la conciencia como dato secundario, es el punto central del primer capítulo. Los “machistas” afirmaban que las sensaciones, o para decirlo con su terminología, los “elementos”, constituyen el dato primario. Lenin refuta sus absurdas aserciones. En oposición a toda especie de idealismo, y de plena conformidad con las ciencias de la naturaleza, el materialismo considera la materia como dato primario, y la sensación, el pensamiento, como dato secundario. Toda la historia de la ciencia de la naturaleza confirma la exactitud de ese principio fundamental del materialismo filosófico. En ese mismo capítulo, Lenin desarrolla más aún las ideas de Engels sobre la formación de la materia orgánica a partir de la materia inorgánica.
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