Melpómene
- Buenos Aires: Losada, 1954.
- 148 p. ; 18 cm.
- Contemporánea 11 .
La vocación de escritor determina siempre un viaje filosófico o poético a través de la vida. Nadie tan peregrino como el escritor. Según las épocas literarias, la peregrinación se dirige a un santuario o a otro. Hay en las diversas épocas grandes Santiagos de Compostela adonde los peregrinos que digo se dirigen con sus ofrendas y sus canciones. Señal inequívoca de arte que se niega a sí mismo es haber hablado alguna vez de torre de marfil. El aislamiento en el arte es la negación del arte. La torre de marfil es antes que nada la ergástula de un condenado a egoísmo perpetuo. Que el prisionero esté contento y aún orgulloso de su suerte, no mejora lo despreciable de su situación.