Bajo el título “Homenaje a Bolívar”, la Sociedad Bolivariana del Perú editó en 1942 en una interesante, compilación de escritos de autores peruanos sobre el Libertador, seleccionada por el doctor Pedro Ugarteche, en la cual se recogieron piezas notables, tanto en prosa como en verso. En la presentación del volumen, el distinguido escritor don Luis Felipe Paz Soldán hacía constar que, atenta a su misión de conservar viva el culto al Libertador y a los principios proclamados por los fundadores de la Independencia Americana, la Sociedad había “querido reunir en ese libro las páginas más bellas escritas por peruanos sobre la vida, la personalidad y la obra del Gran Venezolano”, cumpliendo en esta forma el deber de su homenaje.
Con sobra de justicia histórica y bajo la inspiración de un levantado patriotismo, Paz Soldán aludía allí a dos de los títulos más sobresalientes del Libertador para el arraigo de su nombre en la gratitud del Perú. Recordaba, desde luego, su juramento ante la Representación Nacional, solemne confirmación del que había prestado lustros atrás en la sacra colina romana, anticipándose proféticamente “a la misma esperanza que no debíamos tener”. Como escribía años después a don Simón Rodríguez en medio a dificultades que parecían desvanecer toda perspectiva de éxito. Pero a las cuales oponía la fuerza de una voluntad incontrastable simbolizada en aquel mágico “triunfar” de Pativilca cuyo sentido heroico tradujo él mismo en su proclama dc Pasco a los soldados, cuando les pronosticaba la victoria sobre un enemigo que se jactaba de catorce años de triunfos, advirtiéndoles a la vez que la libertad del noveno mundo era la esperanza del Universo.