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Bernardino Sahagún Pionero de la antropología

Por: Colaborador(es): Tipo de material: TextoTextoIdioma: Español Detalles de publicación: México: Universidad Nacional Autónoma de México, El Colegio Nacional 1999Descripción: 261 p. ; 23 cmISBN:
  • 968-36-7064-4
Tema(s): Resumen: Es verdad que Sahagún inquirió motivado por su celo religioso. Diseñó así un método de investigación para conocer las cosas naturales, humanas, y sobre todo las que consideró execrables idolatrías. Pero también es cierto que llegó a admirar a tal grado la cultura indígena que, al transcribir las oraciones a Tezcatlipoca, afirmó que en ellas “se ponen muchas delicadeces en sentencia y en lenguaje”. Y al presentar los consejos del padre y de la madre a su hija, dijo que “más aprovecharían estas dos pláticas dichas en el púlpito, que muchos sermones, a los mozos y mozas”. Vida larga, con muchos trabajos y frutos, fue la de Bernardino de Sahagún. De sus más de 90 años (1499 a 1590), el primer tercio lo pasó en su tierra natal, España, y cerca de 60 estuvo luego en México, su patria de adopción. Bernardino, al hacerse franciscano, tomó el nombre del lugar donde nació, la villa de Sahagún en el reino de León. Sus barrios de la judería y la morería; varias iglesias, excelentes muestras del arte mudéjar, y lo que se conserva del monasterio benedictino de los santos Facundo y Metodio, dejan ver la importancia que, en lo religioso, lo económico y aun lo político, alcanzó dicha villa. Sobre la infancia y temprana juventud de Bernardino sólo pueden hacerse inferencias. Es probable que tratara a algunos franciscanos del convento que existía en su pueblo, conocido como de “La Peregrina” en razón del transitar de quienes iban con rumbo a Santiago de Compostela. También pudo acercarse a algunos benedictinos, entre ellos a fray Alonso Ruiz, que por ese tiempo preparaba una obra, espléndida aportación del renacimiento español: el Index locupletissimus in Aristotelis stagiritae opera, es decir, un monumental índice analítico acerca de las obras de Aristóteles, cuyos dos volúmenes publicó la imprenta del monasterio en 1540. Algunos recursos debieron de tener los padres de Bernardino ya que lo enviaron a estudiar en la Universidad de Salamanca. Allí estuvo durante los años de 1520 y siguientes. Es probable que entre sus maestros se hayan contado juristas tan notables como Francisco de Vitoria, o quien poco después pasó a la Universidad de México, Alonso de la Veracruz. Sin abandonar sus estudios, ingresó en la orden franciscana. Debió de adentrarse entonces en el conocimiento de la historia, tanto la clásica como la de España, y asimismo en el del derecho canónico, la filosofía y la teología escolásticas. Por ese tiempo Bernardino fue testigo de las grandes alteraciones que se dejaron sentir en España a causa de la rebelión de las comunidades de Castilla. El joven soberano coronado en 1520 como emperador Carlos V era sólo un año menor que Bernardino. Su agitada vida, sin embargo, sería mucho más corta que la del fraile, ya que murió en 1558.
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Libros Libros Colecciòn Filosofia Libros CHG FB 972 L579b (Navegar estantería(Abre debajo)) Disponible No Dañado Disponible (No Restinguido) No Dañado 2019-1733

Es verdad que Sahagún inquirió motivado por su celo religioso. Diseñó así un método de investigación para conocer las cosas naturales, humanas, y sobre todo las que consideró execrables idolatrías. Pero también es cierto que llegó a admirar a tal grado la cultura indígena que, al transcribir las oraciones a Tezcatlipoca, afirmó que en ellas “se ponen muchas delicadeces en sentencia y en lenguaje”. Y al presentar los consejos del padre y de la madre a su hija, dijo que “más aprovecharían estas dos pláticas dichas en el púlpito, que muchos sermones, a los mozos y mozas”.



Vida larga, con muchos trabajos y frutos, fue la de Bernardino de Sahagún. De sus más de 90 años (1499 a 1590), el primer tercio lo pasó en su tierra natal, España, y cerca de 60 estuvo luego en México, su patria de adopción. Bernardino, al hacerse franciscano, tomó el nombre del lugar donde nació, la villa de Sahagún en el reino de León. Sus barrios de la judería y la morería; varias iglesias, excelentes muestras del arte mudéjar, y lo que se conserva del monasterio benedictino de los santos Facundo y Metodio, dejan ver la importancia que, en lo religioso, lo económico y aun lo político, alcanzó dicha villa.

Sobre la infancia y temprana juventud de Bernardino sólo pueden hacerse inferencias. Es probable que tratara a algunos franciscanos del convento que existía en su pueblo, conocido como de “La Peregrina” en razón del transitar de quienes iban con rumbo a Santiago de Compostela. También pudo acercarse a algunos benedictinos, entre ellos a fray Alonso Ruiz, que por ese tiempo preparaba una obra, espléndida aportación del renacimiento español: el Index locupletissimus in Aristotelis stagiritae opera, es decir, un monumental índice analítico acerca de las obras de Aristóteles, cuyos dos volúmenes publicó la imprenta del monasterio en 1540.

Algunos recursos debieron de tener los padres de Bernardino ya que lo enviaron a estudiar en la Universidad de Salamanca. Allí estuvo durante los años de 1520 y siguientes. Es probable que entre sus maestros se hayan contado juristas tan notables como Francisco de Vitoria, o quien poco después pasó a la Universidad de México, Alonso de la Veracruz. Sin abandonar sus estudios, ingresó en la orden franciscana. Debió de adentrarse entonces en el conocimiento de la historia, tanto la clásica como la de España, y asimismo en el del derecho canónico, la filosofía y la teología escolásticas.

Por ese tiempo Bernardino fue testigo de las grandes alteraciones que se dejaron sentir en España a causa de la rebelión de las comunidades de Castilla. El joven soberano coronado en 1520 como emperador Carlos V era sólo un año menor que Bernardino. Su agitada vida, sin embargo, sería mucho más corta que la del fraile, ya que murió en 1558.

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